Desde hace un buen tiempo llevo esta espinita en el cerebro: cuáles son los problemas más urgentes que la teología y la filosofía deberían responder?
No están lejanos los tiempos en que las discusiones bizantinas se apoderan de las universidades y seminarios, donde parecen desconocer la realidad mundial y más aún, omitir partes más importantes. Por algún sitio leí que Pascal dijo que la
herejía no está en donde alguien afirma algo, sino en donde alguien oculta algo. Es una gran verdad.
Realmente no veo en la teología actual una respuestas contundente ante fenómenos tan álgidos como por ejemplo la muerte, la miseria, religión. Y creo que es mucho más lo que se omite.
En un ensayo titulado El Problema del Mal, Paul Ricoeur, su autor, hace un suscinto pero profundo y crítico análisis a cerca del este problema como el más urgente de responder. Y es que en este fenómeno se encierran todos los demás que saltan a la vista por su contundencia y por la susceptibilidad que somos a sufrirla.
Pienso yo, para allanar las cosas, que no hay que echarle toda la culpa a Dios o al “demonio” (maniqueísmo), ni tampoco hay que ser tan radicales al echarle toda la culpa a nuestra sola naturaleza animal, (materialismo). No creen?
(Imagen: el juicio final. Hyeronimus Bosch "El Bosco")
